opositores más intransigentes del racionalismo y el escepticismo alemanes, y no hace concesiones a los ataques modernos contra la historia evangélica. Pero siempre expone sus puntos de vista con moderación, y con un espíritu cristiano y amable; y se esfuerza por espiritualizar e idealizar doctrinas y hechos, y así hacerlos más plausibles para la razón ilustrada. Su ortodoxia, es cierto, no es la ortodoxia fija y exclusiva de la antigua Confesión Luterana o de la antigua Confesión Calvinista, sino